Un asunto.
Aprendí a hablar italiano por un romanticismo implícito. Francés, porque me encantaba sufrir la distancia. Lo que está lejos se idealiza. Y cuando uno se acerca, fffffssss se desinfla como una pelota (se me vino a la mente esa frase de julio).
PERO. Y me encantan los peros, porque quiere decir que por suerte, hay una excepción.
Aprendí a hablar italiano por un romanticismo implícito. Francés, porque me encantaba sufrir la distancia. Lo que está lejos se idealiza. Y cuando uno se acerca, fffffssss se desinfla como una pelota (se me vino a la mente esa frase de julio).
PERO. Y me encantan los peros, porque quiere decir que por suerte, hay una excepción.