Sobre la pared de su cuarto, cuelga Paysage aux Oiseaux jaunes, de Klee. Se lo regaló su ex mujer. Y nunca se deshizo de él. Lo transportó en cada mudanza. Así, siente menos culpa por haberla lastimado tanto, porque cada vez que lo observa la recuerda con algo de nostalgia. Y la nostalgia es el recuerdo de la belleza.